martes, 31 de marzo de 2009

Dramaturgia (Adultos)

Casual


Personajes:
· Raúl, 45 años.
· Irma, 37 años.

Escena:
Casa de cartón y chapas contra pared lindera a las vías.
Se escucha una radio muy bajito, de fondo, que por momentos hace interferencias, encendiéndose y apagándose según la intensidad de la acción durante toda la obra.
La primera imagen es a oscuras, se ilumina apenas con la luz de una linterna que Raúl tiene en la mano, y luego fugazmente al pasar un tren imaginario entre el público y el escenario. En este momento se ve caer en el medio de la escena, entre el público y Raúl una bolsa de consorcio que contiene algo en su interior.


Raúl
: (gritándole al tren)-¡Eh, esto no es un basural, somos pobres pero limpitos!
Irma: (entre-dormida)-Dormí, no tiraron nada, estás soñando.
Raúl: ¿Qué estoy soñando?¿Qué estoy soñando? Vos estás soñando, yo hace rato que estoy despierto buscando el agua ¿dónde corno está? Vi muy clarito que algo tiraron.
Irma: (levanta la cabeza y recién en ese momento comprende de qué habla Raúl)- Es basura que dejaron en la vía, y seguro al pasar el tren salió volando para acá, ¡dormí!
Raúl: No digás pavadas, querés. Este es el último tren de la noche y siempre viene vacío...
Irma: (interrumpiendo)-Entonces es lo que yo digo... si estaba vacío ¿quién la tiró?
Raúl: -Siempre viene vacío “casi todo el tren” pero en el último vagón vi a un tipo parado con la bolsa, esperando pasar por acá para tirarla ¿sabés quién es ese?¿sabés quién es?
Irma: -¿Quién?
Raúl: -Ese, ese es el tipo al que le jode tener la casa sucia, quiere su lugar impecable y le tira la mugre a los demás.
Irma: (irónicamente)- Mirá que hay que tener mañas, eh.
Raúl: -Y claro, si le cae una hoja seca del árbol del vecino en “su” patio, es capaz de hacerle juicio. (Se quedan inmóviles observando la bolsa) Si será jodido. ¿Vos te diste cuenta lo prejuiciosa que es la gente? Porque si me caía en la cabeza y me ensuciaba, ese, ese mismo tipo me iba a decir mugriento a mí ¡a mí!
Irma: -Raúl, no fue a propósito, no nos vió.
Raúl: -¿Cómo no nos va a ver?¿Cómo (interrumpiéndose)...? Si el tren tiene luz, Irmita, alumbra todo, además yo estaba con la linterna.¿No te dije que buscaba el agua?
Irma:-Si, ah si (dándole la botella) Tomá, ¡y a dormir!
Raúl: (bebe y se recuestan los dos, al instante Raúl se levanta como un resorte)-¡Desgraciado! Ahí hay algo malo, eh.
Irma: (sin moverse) -¡Dormí!
Raúl:-Que ingenua sos, mami, estos tipos odian tanto a los pobres, que debe ser basura radioactiva, para exterminarnos.
Irma. (mira con cara de no comprender absolutamente nada)- ¿Te parece que se va a tomar tanto trabajo?
Raúl:- Si, porque esperó a pasar por acá para tirarla. (Irma no le contesta y se acuesta de nuevo. Raúl se acerca a la bolsa, la observa, la huele, trata de moverla con un palo) Está pesada.
Irma: (despertándose repentinamente, creyendo que Raúl tomó la bolsa con la mano) -¡No la toques!
Raúl:- Esto no es basura, no, tiene muchas bolsas,¿y si es un muerto?
Irma: (mirando la bolsa sin entender) – Un contorsionista.
Raúl:-Pasame otro palo.(Irma le alcanza otro palo y se queda observando la bolsa mientras Raúl hace especulaciones) Hay algo duro pero abrirla...¿me podes decir por qué la tiró acá? Este quiso enchufarnos algo.
Irma:- ¿Y si es un buen tipo?
Raúl:-¿Que nos tiró comida? No corazón, comida no es, mirá la forma.
Irma:- Puede estar en una caja.
Raúl:- Si adentro de tantas bolsas hay una caja con algo, no es nada bueno, ¿para qué tanto misterio? Pensá Irmita, pensá.
Irma:- Y... protección, el tipo cumplió años, vive solo, se le llenó la casa de gente, tomaron mucho, comieron poco, hoy a la mañana tenía que ir al laburo y anoche cuando preparó la comida le puso muchas bolsas porque no sabía si hoy llovía, o si al caer la bolsa se iba a romper o...(se pierde en su poca conversación)
Raúl:- ¡La tiraba a la ida! Hoy a la mañana¿ Qué necesidad tiene de hacerse el misterioso y tirarla a la vuelta, de noche?
Irma:- Es que nosotros vivimos del lado de la vuelta.
Raúl:- ¿ Y por qué, Por qué a nosotros?
Irma:- Porque nos ve cuando vuelve del laburo, que seguimos juntos a pesar de estar como estamos...recuerda cuando dejó a su esposa porque le chocó el auto, le damos lastima y... nos regaló su comida.
Raúl:- ¡O nos odian por mugrientos o nos tiran comida por lástima! Se hubiera acercado, ni que viviéramos en la jaula de los leones.
Irma:- Está cansado, fijate a que hora vuelve de laburar, no se va a bajar del tren...es el último.
Raúl:-Le ponía una notita ¿o también cree que no sabemos leer, tu amigo?
Irma:-¿Qué amigo? Yo no lo conozco.
Raúl:-¿Seguro? Ssss...¿Seguro?¿Cómo sabés tantos detalles? Hasta el día de su cumpleaños ¿Cómo sabés? Te voy a decir algo, te voy a decir, y te lo digo hoy y para siempre: yo no te dejé de querer y nunca voy a hacerlo pero si elegís irte con un gil que te mantenga y te deje cuando le choques el auto, la verdá´, la verdá´, andate pero después no vuelvas llorando.
Irma:- Pará che, pará, que yo a ese gil no lo conozco, ni sé si es hombre o mujer, y vos tampoco ¿o tantos detalles viste en un segundo, eh?¿Cómo sé que no mandaste a un amigo tuyo a tirar la bolsa para armar todo este quilombo y echarme.
Raúl:-¿Qué amigo?¿Qué amigo?¿Desde cuándo tenemos amigos nosotros? Estamos como para recibir gente (silencio de los dos).
Irma:- ¿Era un hombre?(Raúl la mira como desconfiando otra vez) Porque quizás es ropa, para vos. (silencio e inmovilidad de los dos) ¿Lo abrimos?
Raúl:- Pero mira que el tipo va a cargar la bolsa todo el día, ya te lo dije, gorda, se la daba a otro.
Irma: - Basta, la abrimos o nos vamos a dormir y nos olvidamos del tema (Raúl se va a dormir, Irma lo sigue, a mitad de camino se vuelve y cuando esta cerca de la bolsa pregunta) ¿La puedo abrir?
Raúl: (se sienta y observando) –Hacé como quieras pero si es algo malo yo no te conozco.
Irma: -¿No era que nunca me ibas a dejar?
Raúl: - De querer.
Irma: - Es lo mismo, si me querés tenés que acompañarme en todo.
Raúl: - ´ta bien, ´ta bien... abrilo. (se queda sentado en el mismo lugar y sin cambiar de actitud.
Irma busca dos bolsas y se las pone a modo de guantes. Desata la bolsa, mira adentro y mira a Raúl en silencio) ¿Y, qué hay?
Irma: (espera para contestar) –Otra bolsa.
Raúl: - Dale desatá, desatá. (Irma desata la segunda bolsa y reacciona igual que con la primera. Raúl asustado pregunta) ¿Es ropa? (Irma le dice que no con la cabeza. Ambos se miran fijo un rato) ¿Vamos presos?
Irma: (como despertando) – Otra bolsa.
Raúl: -¡Ay, no me asustes, dale! (Irma desata la tercer bolsa, mira adentro con asombro y esta vez no mira a Raúl) ¡Te lo dije, te lo dije! Sobre que no tenemos problemas...
Irma: (interrumpiendo) –Hay una caja.
Raúl: -¿Cerrada? (se acerca, observa el interior) Que raro, yo pensé que (lo tapa el ruido del primer tren de la madrugada y los dos personajes asustados se agachan y esconden sus caras y la bolsa).
Irma: - Me asusté.
Raúl: - Yo también, dame los guantes (Irma le da las bolsitas y Raúl se las pone). Teneme (le entrega la linterna a Irma) Alumbrá (Raúl mira hacia todos lados, abre la caja y los dos quedan perplejos un segundo. Se toman de la mano y se alejan de la caja tropezándose con objetos y cayendo como si hubiesen visto algo increíble. Al caer se tropiezan con la radio que comienza a funcionar nuevamente. Raúl se para rápidamente queriendo cerrar la caja y anudar las bolsas como estaban).
Irma: (tomando la radio)- ¿Viste, no eran las pilas? (ve que Raúl está anudando las bolsas) Esperá, ¿vimos bien?
Raúl: - Yo vi mucho, pero mucho.
Irma: - Si, yo también.
Raúl: - Pellizcame (Irma lo hace) ¡Siiiiiii! Estamos bien despiertos.
Irma: - ¿Enloquecimos? (Raúl vuelve a mirar el interior de la bolsa. Irma absorta) ¿Cómo se llama el fenómeno que tienen los que después de estar días y días en el desierto ven lagos y agua por todos lados porque tienen mucha sed?
Raúl: (sin prestar atención a la pregunta de Irma) – No lo puedo creer.
Irma: - Yo tampoco, a ver, fijate si abajo también hay.
Raúl: (comienza a sacar dólares de la bolsa) – Acomodálos en el piso en el mismo orden. (sin sacar todos mete el brazo hasta el fondo de la bolsa) Sí, está repleta.
Irma: (emocionada) -¿Cuánto habrá?
Raúl: - Mucho, mucho, mucho...
Irma: -¡Es un milagro!
Raúl: -¿Si son falsos y quedamos pegados?
Irma: -¿te parece? Yo pesos sabría reconocer pero de estos, nunca tuve ni el de la suerte. Vi en la tele y sé que son verdes pero no sé nada más.
Raúl: (vuelve a acomodar los billetes en la caja como estaban, excepto el último) – A ver, alumbrá acá., alumbrá (lo mira a través de la luz de la linterna y dice como desconfiando de que sean buenos) Es un verde medio azulado.
Irma: - Ajá, no sé. Podía ser ropa o comida pero semejante beneficencia, ¿cayó del cielo? Porque si alguien tuviera tanta guita y esto para él fuera una limosna no viajaría en tren.
Raúl: - no, claro, además nosotros no vivimos de limosnas, no pedimos nada a nadie, ni un favor.
Irma: - Por eso estamos como estamos
Raúl: -Otra vez te tengo que explicar, corazón, que si aceptábamos la guita ésa por mes, después no podemos decidir ni a quien votar.
Irma: -(Asustada)¿Y ahora que nos van a pedir?
Raúl: -No sé. Pero cuando la limosna es grande...
Irma: -Lo único que nos faltaba. (Piensa) Raúl, decime la verdad ¿vos anduviste en algo turbio? Porque yo ya no soportaría perder nada más.
Raúl: -(Enojadísimo) ¡Irma! (mirando al cielo) ¿Por qué nos siguen complicando la vida?¿Qué tengo que aprender? Si no sirvo para nada ¿Para qué estoy acá? Vos sabés que yo perdí mucho y cuando te encontré a vos creí que íbamos a hacer otra historia, mejor y juntos pero seguimos perdiendo cosas, trabajo, casa, amigos, y hasta la oportunidad de formar una familia ¡ Ahora no podemos desconfiar de nosotros, Irmita, no! Si no ¿qué nos queda?
Irma: - Perdonáme, Raúl, es que ... si no nos pasó nada bueno en tanto tiempo ¿ por qué nos va a pasar ahora? Esto no es verdad (silencio, comienza a amanecer).
Raúl: - No podemos seguir con esto: o nosotros o la bolsa.
Irma: - Nunca imaginé que la única posibilidad de irnos de acá sería huyendo como delincuentes.
Raúl: - Yo no resigno nada más (empieza a tomar los billetes y a quemarlos en un barril). Dormimos toda la noche, entendés, nada nos despertó y acá no pasó nada.

(Termina la obra con la imagen de ambos personajes viendo quemarse el dinero, sin oír que la radio transmite la siguiente noticia:)
“Flash de último momento: El joven Martín Montero, secuestrado hace dos días en la puerta de su casa cuando volvía del trabajo, sigue sin aparecer.
El Dr. Roberto Montero, padre del secuestrado, debía arrojar una bolsa con el dinero del rescate desde un vagón del último servicio de anoche del ferrocarril Roca, al recibir una señal lumínica acordada previamente. Al parecer una parte de los secuestradores habría mejicaneado a la otra, puesto que el Dr.Montero recibió en su domicilio una nueva llamada exigiendo el pago del rescate. Los secuestradores habrían prometido una próxima comunicación dentro de las siguientes 48 horas.”
FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario